Es imprescindible comprobar el horario de las mareas antes de salir: la actividad sólo se practica cuando el mar está bajando, y siempre hay que dejar tiempo suficiente para regresar antes de que el mar vuelva a subir. No olvide llevar una botella de agua, un sombrero o gorra y, si es necesario, crema solar mineral, más respetuosa con el medio marino.
Como en cualquier actividad en la naturaleza, lo mejor es ir ligero de equipaje, con lo necesario y nada superfluo, y adaptar la salida a la meteorología del día. Con un poco de cuidado y sentido común, es una actividad sencilla, gratificante y totalmente acorde con el espíritu slow.
Pesca responsable a pie: respetar el mar y su equilibrio
La pesca a pie es una actividad libre, pero se basa en un frágil equilibrio. Para preservar los recursos marinos y garantizar el futuro a largo plazo de esta actividad, hay que seguir unas cuantas reglas sencillas. No requieren ningún esfuerzo particular, sólo un poco de sentido común... y mucho respeto.
Es importante informarse sobre las tallas mínimas que se pueden capturar: recoger un molusco demasiado joven impide la renovación natural de la especie. A veces se pueden obtener plantillas gratuitas en la Oficina de Turismo. Del mismo modo, es esencial limitar la recolección a una cantidad razonable: coge sólo lo que pienses comer ese día.
También debes tener cuidado de no voltear las piedras innecesariamente, y ponerlas siempre boca abajo para proteger a los pequeños organismos que viven allí. Por último, evita arañar la arena, dejar basura o molestar innecesariamente a la fauna.
La pesca responsable es ante todo una pesca respetuosa con los seres vivos.
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